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jueves, 10 de octubre de 2024

 LA CUSCUTA

(NOVELA)

Jacqueline Sellan Bodin

I.A.




"Si bien Pedro Adán no nació del barro sino de la podredumbre que ya se adueñaba del cuerpo de su madre, pasó a través de la enfermedad sin contagiarse y es posible que el hecho de haber bebido la sangre materna lo haya hecho más fuerte.

 Los niños que vivían apiñados en el antiguo estacionamiento lo aceptaron tácitamente como jefe, (quizás porque traía en su aspecto un aire de ferocidad y de dureza de la que ellos carecían).

Una tarde los guio en una expedición de reconocimiento del lugar, de las tantas que hacían, buscando entre las ruinas algo que les sirviera de alimento.

El hambre tiene buen olfato, y hasta él llegaron las emanaciones del festín que se celebraba a unas cuantas cuadras de distancia.

Con su nuevo séquito tras sus talones, recorrió el dédalo de cascajos hasta la pulida superficie del supermercado que había resistido los terremotos sucesivos y los asaltos inhábiles de los niños.

Ahora, por lo visto, tenía nuevos dueños.

Unos adultos que parecían sanos aunque quizás llevaban la enfermedad de otra manera.

Se quedaron de pie ante el enorme ventanal roto, mirando con desasosiego a esos hombres y mujeres que se atiborraban de fideos a la parmesana.

Los miraban con desconfianza, como si de otra raza se tratara.

Y tal vez era así.

La raza de los adultos era verdaderamente otra." (fragmento)





Ilustración para la portada de "La cuscuta", hecha por Natalia H. Sellan.





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