La víspera de
navidad.
Una antigua leyenda cuenta que la víspera de navidad
los animales hablan. Eso comentaba un amigo esta tarde.
-No me extraña - le respondí – ¿por qué la víspera de
navidad habría de ser una excepción?
- Estoy hablando de los animalitos de cuatro patas - me
contestó.
Estábamos sentados a la mesa de un restaurant frente a
una taza de café.
El aire gélido se filtraba por la puerta vidriada cada
vez que un cliente entraba o salía, produciéndome un estremecimiento
desagradable.
Detesto el frío. Soy como los gatos o las lagartijas,
adoro el sol y si pudiera, iría a refugiarme durante el interminable invierno
valdiviano a algún sitio cálido y luminoso.
Si odio el frío en invierno, ¿qué decir de la
incongruencia de este helado diciembre?
Porque hoy, víspera de navidad, debido al calentamiento
global, una corriente polar invade las calles a pesar de estar empezando el
verano. Paradojas del clima.
Mi amigo me hablaba de antiguas leyendas navideñas y yo
lo escuchaba distraídamente. Un asunto me tenía pensativa desde hacía algunos
meses: la hija de una vecina andaba desaparecida. (Fragmento)
Jacqueline Sellan Bodin.
Del libro "Puré de arvejas.
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