El vidrio empañado
"En esa fotografía
del día de su boda, con la cara vuelta de tres cuartos hacia mi bisabuelo que
permanece de pie con una mano posada sobre el hombro de ella, sus ojos componen
una mirada ingenua y tímida, pero eso sólo demuestra lo excelente actriz que
era ya en aquel tiempo, pese a tener apenas dieciséis años, porque siempre
estuvo poseída por una fiebre que gruñía sordamente en su interior, apenas
amordazada."
"Margarita se miró
en el espejo un tanto velado por la antigüedad en el cuarto del hotel. Era
verano y por la ventana abierta entraba un trozo de la noche saturado de
estrellas y enmarcaba su imagen blanca, vaporosa, casi irreal a fuerza de
gasas, fantasmal en esa casi luz de la lámpara atenuada por la gruesa pantalla
gris."
"Catalina había
visto esa mecedora durante muchos años, en el porche, y cuando era pequeña
intentaba vencer el balanceo y treparse a ella, sin lograrlo. Luego, cuando
estuvo lo suficientemente grande para subirse sobre ella, fue relegada al
granero donde estuvo siempre hasta entonces acumulando polvo y telas de araña.
Ahora, Margarita la había puesto junto al fuego y se mecía en ella con un ritmo
porfiado y recurrente que la dejó muda unos momentos. Cuando habló, su voz tuvo
una extraña resonancia en la sala enorme."
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