La palabra escrita nos sitúa en la eternidad.

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lunes, 2 de diciembre de 2024

 




"Fue en febrero, un mes soleado, cuando llegó a la casa verde, la que tiene el balconcito en el que se apoya el muñeco grande vestido con uniforme escolar, ese que te mostré el otro día. Ha estado allí desde hace tantos años que no recuerdo la primera vez que lo vi.

Esto que te cuento data de antes; me lo relataron hace mucho también; sin embargo, aún lo tengo fresco en la imaginación. Tal vez porque siempre me impresionó ese balcón con su muñeco desteñido y ya descuidado, casi parte de la misma construcción.

La casa se ve triste desde la calle: ni una flor en las enredaderas resecas que ni siquiera al empaparse con las constantes lluvias, reverdecen; sólo algunas malas hierbas crecen en primavera y se secan en verano.

Ni una luz en las ventanas altas; las cortinas, siempre cerradas; a veces, en los días muy cálidos del estío, se entreabre una de las puertaventanas, la que da al balcón, y un retazo de cortina se balancea en el aire, mecido por el viento sur." (fragmento)


Martita, novela. Jacqueline Sellan Bodin.

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